YAMILA ÁLVAREZ-COUREAUX Y ADA MANRESA-GONZÁLEZ: Contribución de tres modelos en pruebas sensoriales de
diferencia en alimentos
Los investigadores de la ciencia sensorial
han entendido el rol del análisis estadístico para
paliar las incongruencias de las mediciones en
evaluación sensorial. Sin embargo, se ha
detectado que los problemas principales están
asociados con el acto de la medición misma.
Por consiguiente, se hace necesario poner
atención a los modelos de medición. Con estos
antecedentes, el presente trabajo recoge la
información principal acerca de una nueva visión
del análisis sensorial desde el enfoque que se
ha dado en llamar el modelo Thurstoniano.
permite la independencia en el juicio del catador.
Las pruebas sensoriales con consumi-dores
pueden realizarse en cualquier sitio donde estos
se encuentren, o por medio de pruebas en el
hogar. Por su parte, los estudios en psicofísica
sensorial se realizan mediante la interacción uno
a uno (evaluador-evaluado) y, de ser posible, el
estudio se realiza a doble ciego.
Modelos psicofísicos
Han sido muchos los intentos por explicar
el funcionamiento de los sentidos a través de la
psicofísica, y desde mediados del siglo XIX se
realizan aportes a la teoría de la percepción
(O’Mahony et al., 1994). Dentro de los modelos
más reconocidos en la literatura científica de la
ciencia sensorial se encuentran la ley de
Fechner, en 1860, el modelo de Beidler (1954),
así como la ley de Stevens (1957).
La psicofísica es la parte de la filosofía
empírica que estudia las reacciones entre lo
físico y lo psíquico (Meilgaard et al., 2007). La
psicofísica sensorial busca, por su parte,
estudiar el funcionamiento del sistema sensorial
y los mecanismos cerebrales de captación de
estímulos. Los investigadores de la temática
sensorial deben utilizar la psicofísica, ya que los
alimentos son evaluados por los sentidos
humanos; por lo que, mientras mejor sea
conocido el instrumento de trabajo, más
eficientes serán las pruebas a diseñar.
Sin embargo, desde 1927 se postula un
modelo probabilístico, no matemático, en el que
se plantea que: «la variabilidad de la percepción
genera cambios en la medición y además tiene
en cuenta la regla de la toma de decisión
cognitiva» (Thurstone, 1927 a,b,c). Este
modelo, conocido como modelo Thurstoniano,
se basa en la variabilidad de la percepción
sensorial, representada a través de la
distribución normal de probabilidades y en la
estrategia cognoscitiva empleada para la toma
de decisiones y la emisión de una respuesta
sensorial.
Los psicólogos y los neurocientíficos
trabajan evaluando el sistema sensorial y
registrando los impulsos nerviosos. Otros
estudios son los que utilizan modelos en
animales, sin embargo, la forma de medir los
estímulos se realiza, por lo general, sobre la
base del comportamiento del individuo. Los
integrantes de un grupo de estudio pueden ser
seleccionados al azar, lo que permite realizar
inferencias acerca de la población humana. La
psicofísica supone que todos los sistemas
sensoriales humanos actúan similarmente, de
ahí que las muestras sean significativamente
más pequeñas que para otros estudios
Modelo Thurstoniano
El modelo de Thurstone es una estructura
poderosa para entender los mecanismos de la
medición sensorial (Angulo y O’Mahony, 2009a).
La idea básica del modelo radica en que cada
vez que un alimento es degustado por un juez,
varía la percepción de la intensidad del estímulo.
Esta variación puede ser medida en términos
de la respuesta neural o de la intensidad de la
propia percepción, pero no depende del alimento
en sí, sino del criterio de elección del evaluador.
Estas estrategias teóricas han resultado
enriquecedoras para la comprensión de los
métodos de medida sensorial y básicamente
(O’Mahony et al., 1994).
Los grupos de evaluadores, independiente-
mente del objetivo de la evaluación sensorial,
están sujetos a mediciones de su comporta-
miento y cada grupo tiene su forma de controlar
el desempeño del evaluador. En la evaluación
sensorial, el análisis se lleva a cabo en
compartimientos individuales o cabinas, lo que
1
66
• Vol. VI, No. 3 • Septiembre-Diciembre 2012 •