EDITH SÁENZ-FLORES, RUBÉN A. SAUCEDO-TERÁN, CARLOS R. MORALES-NIETO, PEDRO JURADO-GUERRA, CARLOS R. LARA-MACÍAS, ALICIA MELGOZA-CASTILLO Y JUAN A.
ORTEGA-GUTIERREZ: Producción y calidad de semilla de pastos forrajeros como respuesta a la fertilización en Aldama, Chihuahua
Introducción
iversas actividades antropogénicas como la agricultura, la ganadería y la
construcción de caminos y carreteras, han causado la degradación de vastas áreas
D
de pastizales (SAGARPA, 2008; SEMARNAT, 2008). Se estima que cerca del 85%
de la superficie ubicada en las zonas áridas y semiáridas del norte de México, se encuentra
en una condición que va de regular a pobre.
De esta superficie, 37.5 millones de hec-
táreas requieren de algún tipo de revegetación
PACP-Ch, 2011). En el estado de Chihuahua,
El uso de fertilizantes incrementa la
producción y calidad de semilla, sin embargo,
es importante aplicar una fertilización adecuada
para hacer un uso eficiente de los nutrientes.
Por lo anterior, es importante evaluar los
requerimientos de fertilización y la fuente de
suministro adecuada para cada especie (FAO,
(
cerca de 1.6 millones de hectáreas de pastizal
presentan un deterioro que va de moderado a
extremo (Royo et al., 2005). Por lo anterior, es
importante establecer planes de manejo para
recuperar estas áreas e incrementar la cobertura
de pastos y mejorar la condición de los
agostaderos (Vallentine, 1989). La resiembra de
pastizales representa una opción para recuperar
a corto plazo este ecosistema. Esta práctica se
recomienda en áreas donde la cobertura de pastos
nativos sea menor del 15%, o bien en superficies
que fueron abiertas al cultivo y abandonadas. No
obstante, la resiembra es considerada como la
última opción para la rehabilitación del pastizal,
ya que es costosa e implica un alto riesgo de
fracaso para su establecimiento (Velásquez,
2000). Existen diferentes fuentes de fertilización
y la dosis óptima varía de acuerdo al tipo de
fertilizante. En la fertilización tradicional (mineral)
la dosis óptima para lotes productores de semilla
de pastos es 120-60-00 (Franco et al., 2005).
El uso de fertilizantes de liberación lenta
representa una buena opción de fertilización, ya
que el aporte de nutrientes es continuo y su
eficiencia de aprovechamiento mayor, debido a
que la liberación de nutrientes ocurre entre las
semanas 6 y 12, lo cual corresponde al tiempo
de mayor demanda de nutrientes en la planta
(Lightbourn et al., 2010). La fertilización orgánica
representa otra opción, ya que suministra
nutrientes y sustancias húmicas al suelo y tiene
un efecto directo en su fertilidad.Además, incide
en la absorción de nutrientes y en el crecimiento
de la planta, se reduce el uso de fertilizantes
químicos y la emisión de gases de efecto
invernadero (Rojas y Moreno, 2008). El uso de
micorrizas en la producción de gramíneas
favorece el incremento de la biomasa. Sin
embargo, existe poca información sobre el
efecto de los fertilizantes en la producción y
calidad de la semilla de pastos (Alarcón y
Ferrera-Cerrato, 2000). Por lo anterior, el objetivo
de este trabajo fue evaluar el efecto de
diferentes tratamientos y tipos de fertilización
sobre el rendimiento de semilla y el porcentaje
de germinación de cinco especies forrajeras
bajo condiciones de riego.
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014). La disponibilidad, la calidad y el costo de
la semilla, son los principales limitantes para
realizar una resiembra. En México existe un atraso
tecnológico en materia de recursos genéticos
forrajeros, ya que cerca del 90% de las semillas
forrajeras son importadas a un costo elevado
(
Ramos y Espinoza, 1999). En nuestro país sólo
se producen pequeñas cantidades de semilla,
recolectándola en pequeños lotes de producción
o en las orillas de las carreteras. La falta de
producción de semilla ha sido la principal causa
de los costos elevados y de la baja demanda. Sin
embargo, existe el potencial y la tecnología para
la producción de semilla, siendo una buena opción
el establecer lotes de producción con especies
evaluadas y mejoradas. Además, el producir
semilla de especies forrajeras previamente
evaluadas y seleccionadas, garantiza la obtención
de semilla de calidad y un mejor establecimiento,
persistencia y adaptación a las condiciones de la
región (Morales y Melgoza, 2010).
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• Vol. IX, Núm. 2 • Mayo-Agosto 2015 •