VIRGINIA MARGARITA GONZÁLEZ-ROSALES, VIRGINIA GUADALUPE LÓPEZ-TORRES: Sustentabilidad ambiental y discordancia social,
el caso de la suspensión de la pesca en la costa de San Felipe, Baja California
están siendo descalificados por el gobierno
mexicano. Sería trascendental, en términos de
una política situada, considerar a los habitantes
del poblado, su tejido social y sus tensiones.
De acuerdo con Madoery (2012), la política debe
ser pensada desde la realidad regional, para
evitar reducir el desafío del desarrollo a una sola
dimensión de lo real, generando de ese modo,
valiosos aportes para la interpretación y la
transformación de la realidad regional. Para ello
es necesario incluir el conocimiento local, ya
que, de acuerdo con (Johannes et al., 2000;
Berkes et al., 2001; Cudney-Bueno y Basurto,
infravalorada? ¿Cómo lograr ese interés en la
flora y fauna, sí es la propia fauna la que les
está quitando su sustento, pese a los muchos
años dedicados a acatar los lineamientos y a
proteger a las especies?
El mismo Boff (2012) menciona que «si
asumimos que el ser humano es la misma
Tierra, consciente e inteligente, ello implica
admitir que ella participa de la misma dignidad
y de los mismos derechos. Por lo tanto, laTierra
es sujeto de dignidad y de derechos».
Entonces, si la Tierra tiene los mismos
derechos del hombre, porqué se elige conservar
a un grupo de delfines sobre el derecho al trabajo
de los pescadores, de cuyo ingreso depende la
vida de miles de seres humanos afectando
también el derecho a un nivel de vida adecuado,
que les asegure, así como a su familia, la salud
y el bienestar, y en especial la alimentación, el
vestido, la vivienda, la asistencia médica y los
servicios sociales necesarios.
2009; y Moreno-Baez, 2010), se ha demostrado
en repetidas ocasiones que cuando los
pescadores se involucran en el proceso de
investigación y toma de decisiones, es más
probable que el manejo de un área sea más
efectivo como resultado de un incremento en la
confianza entre quienes aportan el conocimiento
local y quienes preguntan para considerar dicho
conocimiento en las decisiones del manejo de
un territorio.
Al respecto, resulta pertinente señalar
algunas características distintivas de la especie
en cuestión para comprender el porqué de la
postura de rechazo al proteccionismo
desmedido para con este organismo. La vaquita
marina, si bien es cierto, es de gran importancia
por su endemismo y escasez, sin embargo,
presenta ciertas características atípicas que han
favorecido su reducción en abundancia. De
acuerdo con la Comisión Nacional para el
Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (2011),
la especie tiene baja variabilidad genética, es
decir, se reproducen entre parientes cercanos
que comparten el mismo juego genético, por lo
que se cree que esto provoca algunas
malformaciones de nacimiento, tales como
calcificaciones ováricas. Además, se le
considera una de las especies de mamíferos
marinos con la distribución histórica y actual
más restringida en el mundo (INE, 2012), esto
significa que para sobrevivir, las condiciones de
su entorno son únicas, de ahí surge el
cuestionamiento de si el organismo es apto para
subsistir en las condiciones actuales, las
cuales, según Galindo-Bect et al. (2013) difieren
mucho de las que existían cuando la especie
Esto, debido a que el territorio es el espacio
social donde la sustentabilidad tiene sus
fundamentos sobre los aspectos ecológico-
ambientales, pero también en identidades
culturales donde las personas son actores
principales, que deben ser capaces de ejercer
su poder para controlar tanto la degradación
ambiental como para movilizar a la población a
desarrollar proyectos ambientales por ellos
mismos, a fin de generar los medios para
satisfacer necesidades, aspiraciones y deseos
de su comunidad. Boff (2012), comenta que no
se debe olvidar que la democracia ya no puede
ser exclusivamente antropocéntrica y
sociocéntrica, como si el ser humano y la
sociedad lo fueran todo, sino que se tiene que
incorporar en los nuevos ciudadanos, que les
nazca el interés por la naturaleza, sus bienes,
servicios, las aguas, los ríos y océanos, la fauna
y la flora, los paisajes y el medioambiente como
un todo. Debe ser una democracia socio-
cósmica, o una biocracia, o una cosmocracia,
pero, ¿cómo lograr esa cosmocracia o
biocracia, si la sociedad es auto-percibida como
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• Vol. IX, Núm. 2 • Mayo-Agosto 2015 •