Artículos de investigación

Historias de vida vinculadas a la presa Las Vírgenes. “Los recuerdos no se ahogaron, siguen flotando”

Life stories linked to the Las Vírgenes dam. "The memories did not drown; they are still floating."

Histoires de vie liées au barrage des Vierges. "Les souvenirs ne se sont pas noyés, ils flottent toujours"

Historie życia związane z tamą Las Virgenes. "Wspomnienia nie utonęły, nadal pływają"

Francisco Alberto Pérez Piñón *
Universidad Autónoma de Chihuahua, México

Historias de vida vinculadas a la presa Las Vírgenes. “Los recuerdos no se ahogaron, siguen flotando”

Debates por la Historia, vol. 10, núm. 1, pp. 175-192, 2022

Universidad Autónoma de Chihuahua

Algunos derechos reservados

Recepción: 23 Septiembre 2021

Aprobación: 09 Diciembre 2021

Publicación: 31 Enero 2022

Resumen: La presa Francisco I. Madero, conocida como las Vírgenes, está ubicada en el Municipio de Rosales, Chihuahua, México y se considerada una de las más bellas y principal afluente de riego para los campos de cultivo agrícola y ganadero de la región. En este escrito se aborda la problemática relacionada con la extracción del agua, que se suscitó en octubre del 2020, debido a su vaciamiento para pagar la deuda de agua a los EUA, conforme al tratado establecido desde 1944. El trabajo nos llevó a rescatar recuerdos de informantes clave, para reconocer la construcción de su conciencia histórica a partir de diversas temporalidades, que van del pasado- presente y confluyen en planteamientos de expectativas futuras, que se construyeron para la defensa del preciado líquido. El abordaje teórico es desde la historia del tiempo presente, que se basa en el pasado como orientador de las motivaciones y prácticas cotidianas actuales. Así mismo, se rescata el origen de los pobladores de esa región, quienes descienden de los pueblos originarios de Concho-Tapacolmes, punto importante en sus rasgos de identidad.

Palabras clave: Presa Las Vírgenes, historia del tiempo presente, conciencia histórica, narrativas.

Abstract: The Francisco I. Madero dam, known as Las Vírgenes, located in the Municipality of Rosales, Chihuahua, Mexico, is considered one of the most beautiful dams and the main irrigation system for agricultural and livestock fields in the region. This paper addresses the problem of the extraction of water in October 2020, due to the emptying of the dam to pay for the water debt to the US, following the treaty established in 1944. To write this paper, we dug into the memories of key informants to analyze the construction of their historical awareness from various temporalities, which go from the past to the present and converge in future expectations for the defense of the precious liquid. The theoretical approach is based on the history of the present time, using the past as a guide for current motivations and practices. Similarly, the paper addresses the origin of the inhabitants of that region, who descend from the original towns of Concho-Tapacolmes, as it is an important part of their identity.

Keywords: Las Vírgenes dam, history of the present time, historical awareness, narratives.

Résumé: Le barrage Francisco I. Madero, connu sous le nom de Virgin Virgin, est situé dans la municipalité de Rosales, Chihuahua, Mexique et est considéré comme l’un des plus beaux et le principal affluent d’irrigation pour les champs de culture et d’élevage de la région. Cette lettre aborde la problématique liée à l’extraction de l’eau, qui a surgi en octobre 2020, en raison de sa vidange pour payer la dette d’eau aux États-Unis, conformément au traité établi depuis 1944. Le travail nous a conduit à récupérer des souvenirs d’informateurs clés, pour reconnaître la construction de leur conscience historique à partir de diverses temporalités, qui vont du passé présent et convergent dans des approches d’attentes futures, qui ont été construits pour la défense du précieux liquide. L’approche théorique est depuis l’histoire du temps présent, qui se fonde sur le passé comme orientant les motivations et les pratiques quotidiennes actuelles. De même, on retrouve l’origine des habitants de cette région, qui descendent des peuples originaires de Concho-Tapacolmes, point important dans leurs traits d’identité.

Mots clés: Barrage Les Vierges, Histoire du temps présent, Conscience historique, Récits.

Streszczenie: Zapora Francisco I. Madero, znana jako Dziewice, znajduje się w gminie Rosales, Chihuahua, Meksyk i jest uważana za jeden z najpiękniejszych i głównych zrodel nawadniania dla rolnictwa i hodowli zwierzat w regionie. Niniejszy artykuł porusza problem związany z uzyciem wody, który powstał w październiku 2020 r., w związku z jej opróżnieniem w celu spłaty długu wodnego wobec USA, zgodnie z traktatem ustanowionym od 1944 r. Praca doprowadziła nas do uratowania wspomnień kluczowych informatorów, do rozpoznania konstrukcji ich świadomości historycznej, które sięgają z przeszłości-teraźniejszości i zbiegają się w podejściach z przyszłymi oczekiwaniami, które zostały skonstruowane w celu obrony wody. Podejście teoretyczne wywodzi się z historii teraźniejszości, która opiera się na przeszłości jako przewodniku po obecnych motywacjach i codziennych praktykach. Probuje sie rowniez uratowac tozsamosc mieszkańców tego regionu, którzy wywodzą się z pierwotnych ludów Concho-Tapacolmes.

Słowa kluczowe: zapora Las Virgenes, historia współczesności, świadomość historyczna, narracje.

Introducción

Los acontecimientos recientes de disputa y protestas de campesinos, ejidatarios y colonos que se dedican a la agricultura y a la ganadería en la región centro del estado de Chihuahua, México, ocuparon la atención de medios informativos nacionales e internacionales durante 2020. Uno de los escenarios de esa “guerra por el agua” fue en la presa Las Vírgenes –como la llaman los pobladores-, ubicada en el municipio de Rosales. El nombre original es Presa Francisco I. Madero y fue construida en 1949 (Aguirre, 2015).

En octubre de 2020 la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) abrió las compuertas de la presa Las Vírgenes, con el fin de cumplir los acuerdos del Tratado de Aguas Internacionales con los EUA, de conformidad con el convenio establecido en 1944, en el que se establece la distribución de escurrimientos hídricos que cada país debe dejar llegar libremente de sus respectivas cuencas (Vega, 2020). Estas acciones fueron cuestionables porque pusieron en riesgo las siembras del ciclo 2021-2022, además que se replicaron en la presa El Granero (Luis L. León), que alimenta la región de Aldama, y en La Boquilla, perteneciente a la región de Camargo, Saucillo y Delicias. Colonos y ejidatarios consideraron que se les dejaba a la deriva, pues dependen del vital líquido para su subsistencia y es la principal garantía para los cultivos que se realizan en el distrito de riego número 05; agravando aún más el panorama con el periodo de sequía.

Pero quizás el problema no derive solamente en el conflicto de 2020, sino en las contradicciones de un tratado de aguas que compromete principalmente a un estado semidesértico, como Chihuahua, ante una potencia mundial representada en los EUA. Indudablemente nos debe llevar a pensar históricamente para generar reflexiones y búsqueda de salidas ante esta problemática que se ha acentuado en los últimos años, más si consideramos el cambio climático.

Cuando se piensa históricamente, se tiene presente la temporalidad del pasado, el presente y el futuro. La historia aparece como una herramienta para la toma de conciencia ante la incomprensión que hoy está presente. El antecedente se encuentra en el pasado, hace 78 años, en el presente está el gran problema del agua y en el futuro debe de ser solucionado. Para explicar esas relaciones nos ceñimos a lo que menciona Koselleck (en Blanco, 2012) sobre los espacios de experiencia (pasado-presente) y a los horizontes de expectativas (futuro), que se traslada a una problemática social que tiene íntima relación con el campo temático de la historia.

El trabajo se desarrollará con habitantes originarios del ejido San Lucas, población que se inundó cuando se iniciaron los trabajos de construcción de la presa Las Vírgenes, y que posteriormente dio origen a un nuevo asentamiento denominado Nuevo San Lucas. A través de entrevistas, se rescata el concepto de conciencia social, para hacer alusión al conocimiento y las formas de actuar de quienes trabajaron directamente en la construcción de la presa y que luego fueron reubicados. Interesa saber cómo sienten, piensan y actúan ahora que se presenta el problema del agua.

Objetivo

Para la elaboración de este trabajo se toma como guía el siguiente objetivo general:

  1. · Describir la problemática social originada por la extracción de agua de la presa Las Vírgenes, mediante información documental y entrevistas a los habitantes originarios del pueblo de San Lucas Viejo, para conocer su postura (conciencia) sobre el conflicto.

Preguntas de investigación

De conformidad con las categorías enunciadas por el filósofo Paul Ricoeur, se pretende dar respuesta –desde el campo de la historia- a las siguientes preguntas de investigación:

  1. · ¿Qué recuerdos guardan los pobladores de San Lucas Viejo de la época en que vieron hundirse la población en la presa Las Vírgenes?

    · ¿Cómo funcionaba la escuela unitaria en San Lucas Viejo?

    · ¿Cuáles son las narrativas relacionadas con la construcción de la presa Las Vírgenes?

    · ¿Qué es lo que en la actualidad se conoce como el Rebalse?

    · ¿Cómo surgió el Nuevo San Lucas Nuevo?

    · ¿Cómo se expresan los habitantes en relación a la extracción de agua de la presa Las Vírgenes?

Enfoque teórico

De conformidad con la postura teórica de la historia del tiempo presente, de Daniel Ovalle Pastén (2012), es necesario historiar el presente y sustentarlo en los regímenes de historicidad desarrollados por Francois Hartog, quien menciona que vivimos el presente demasiado aprisa y ya nadie menciona el pasado ni se aboca al futuro. Pareciera que solo existe el presente y en este artículo tenemos la necesidad de ubicarnos en el pasado; no todo, sino en el pasado útil, práctico, en el que se generaron los acuerdos para la represa y el libre tránsito del agua. También se considera el sustento teórico de Paul Ricoeur, de quien se rescata la noción de estar afectado por el pasado y cómo en la memoria perduran las vivencias y recuerdos de los sujetos; pero también la necesidad de que la narrativa se apegue a los acontecimientos pasados y presentes, para que se declare la veracidad y la confianza con quien se interese en el escrito. Que sean conscientes de que tenemos ese pacto de verdad entre quien lo lea y queden lo escribe.

Desde el enfoque teórico se considera además a Jörn Rusen, un historiador alemán que aborda sustantivamente el problema de la construcción de la conciencia histórica, misma que se utiliza como herramienta para encontrar cómo las temporalidades pasado, presente y futuro –entendidas como la historicidad- construyen la conciencia de las personas y las obliga –de forma intuitiva- a percibir la problemática de una determinada forma, en este caso, la lucha por el agua. Bajo esta mirada se intenta interpretar el acontecimiento como una problemática que los sensibilice y los lleve a orientar y motivar sus acciones cotidianas, pero de manera que les permita trascender el régimen del presentismo histórico, trabajado por Francois Hartog, para encontrar soluciones al desfogue de la presa Las Vírgenes.

Profundizando más en Rusen, se busca arribar a la construcción de esa conciencia histórica, utilizando la memoria que aún perdura en los informantes que tuvieron a bien sacar a “flote” sus recuerdos. Así, se rescatan narrativas de personas de carne y hueso que en la actualidad están sufriendo la problemática de la distribución del agua de la presa Las Vírgenes.

En cuanto a la posición metodológica, se parte del oficio del historiador, en la búsqueda de las evidencias para establecer el pacto de verdad de lo que se describe. Subyace como sustento del artículo la heurística documental (investigación, búsqueda) e informantes que, desde una postura hermenéutica, aporten evidencias significativas, sentidas y plasmadas en el resultado de las comunicaciones de las personas a quienes se les realizaron las entrevistas; mismas que se hicieron con el fin de reconstruir los acontecimientos que aún perduran en la memoria de los informantes con los que se tuvo acercamiento.

Antecedentes históricos

Para ubicar históricamente el surgimiento de la población de Rosales, Chihuahua, tomamos como punto de referencia la fundación de Santa Cruz de Tapacolmes en el siglo XVII (Mendoza, 1998). En 1838 cambió su nombre a Rosales y tan solo a 5 kilómetros se encontraba la Hacienda de San Lucas –lugar de los recuerdos- en plena serranía y en el cauce alto del Río San Pedro, afluente del río Conchos. Las aguas de este río eran consideradas prioritarias para todas las poblaciones a la redonda, entre ellas la Hacienda de Delicias, que luego dio origen a la ciudad con el mismo nombre, considerada la capital agrícola del estado.

En un escrito de 1736, el cronista Arlegui decía que la conversión de San Pedro de Conchos tenía regularmente once pueblos indios muy distantes de la cabecera y uno de ellos era San Lucas, posteriormente reconocido como hacienda con el mismo nombre. Fue propiedad de Carmen Salas en tiempos en que esta prominente mujer terrateniente alojó en su casa de Rosales a Don Benito Juárez, presidente de México durante la guerra contra los franceses y el Imperio de Maximiliano. Para entonces la Hacienda de San Lucas contaba con una superficie de 372 hectáreas. El canal o acequia de la margen derecha regaba 139 hectáreas de trigo, maíz y frijol, y una huerta de seis hectáreas; el de la margen izquierda servía para dar riego a 217 hectáreas de trigo, maíz y frijol, y a 10 hectáreas de huertas (Meza, 2010).

El origen de los sanluqueños proviene así de uno de los pueblos indígenas conchos, de conformidad con la información anterior. Conviene recordar que los frailes Franciscanos habían creado la Misión de los Pueblos Conchos en 1648, lo que permitió que hoy contemos con datos geográficos y poblacionales de esos años. Sin embargo, como ocurrió en la historia de nuestro país y concretamente en nuestro estado, en la época de la colonización española la distribución de las tierras que contaban con materiales minerales como el oro y la plata, las áreas propicias para la agricultura y las extensiones de agostadero, eran repartidas de conformidad con los Decretos Reales. Como la población escaseaba, era común que los nuevos asentamientos se fundaran en lugares donde hubiera población autóctona, de lo contrario eran traídos ante la escasez de fuerza de trabajo.

La población para Santa Cruz de Tapacolmes fue concentrada de las tribus de la región, aunque es necesario mencionar que existen interpretaciones de que los indios tapacolmes habían sido trasladados de la región de Ojinaga, que actualmente es un municipio fronterizo con los Estados Unidos de Norteamérica (EUA). Otros autores afirman que la población se constituyó con los asentamientos aledaños al actual municipio de Rosales (ver figura 1), interpretación que consideramos como la más acertada para este trabajo.

Ubicación de Santa Cruz de Rosales (Rosales, Chihuahua).
Figura 1.
Ubicación de Santa Cruz de Rosales (Rosales, Chihuahua).
Fuente: Google Maps (2022).

Durante el periodo Independiente de México y luego de la promulgación de las Leyes de Reforma, la Hacienda de San Lucas fue vendida por su propietaria. Posteriormente las tierras se repartieron entre los pobladores, quienes siguieron dedicándose a la agricultura y a la cría de ganado de agostadero, gracias a las abundantes aguas del río San Pedro.

San Lucas Viejo, el Rebalse, las Carpas y San Lucas Nuevo

En el ideario de quienes hoy habitan el poblado de Nuevo San Lucas, está presente el recuerdo de su origen al menos en la segunda generación de quienes vivieron en el pueblo originario (San Lucas Viejo), pero no así para las siguientes generaciones. Cuando empezó a construirse la presa Las Vírgenes, el poblado estaba ubicado a las orillas del cauce del Río San Pedro, en las partes bajas de los cerros. Como es lógico, el agua comenzó a aumentar de nivel al ser bloqueado su paso donde ahora están las cortinas, y el pueblo comenzó a hundirse. Los pobladores empezaron a sacar sus pertenencias y se trasladaron a los campamentos que estaban construidos con lonas y carpas, otros se fueron a lugares más altos en los que no los pudiera alcanzar el nivel del agua y construyeron sus casas, que por cierto fueron muy pocas.

Los sanluqueños dependían de la agricultura y la ganadería que se practicaba en esos valles húmedos. Aunque no dependían de la pesca, si era un medio de subsistencia alterno, que igualmente se vio afectado con la presa. Así, en conclusión, el Rebalse fue el poblamiento que hicieron las personas que vieron hundirse el poblado viejo y salieron a lugares más altos (las Carpas o el Campamento) que se establecieron de manera provisional, como los nuevos hogares, cercanos a donde se estaba construyendo la presa Las Vírgenes. Era una acción que, como sucedió con los nativos conchos, cuando se les requirió como fuerza de trabajo, se les utilizó para la construcción de la presa.

La presa Las Vírgenes / Francisco I. Madero fue inaugurada el 25 de mayo de 1949, por el entonces presidente de la República Mexicana, Miguel Alemán Valdez, y el gobernador del estado, Fernando Foglio Miramontes. Se constituyó en una obra majestuosa para el Distrito de Riego 005 (Aguirre, 2015).

El gobierno federal no dejó solos a los recién desplazados. Al desmantelar las Carpas, inició la construcción de un nuevo núcleo de población denominado Nuevo San Lucas, en honor al pueblo hundido por las aguas del río San Pedro. Se entregaron 6 hectáreas de tierra por familia, para cultivo agrícola, y el poblado quedó ubicado a dos kilómetros de la carretera Panamericana, en el kilómetro 45 del tramo Chihuahua a Delicias (ver figura 1).

Nuevo San Lucas se fundó entre los años de 1948 y 1949. A la fecha las personas se siguen dedicando a la agricultura y la ganadería. Esta última actividad se practica en las tierras del Rebalse, en los grandes campos de pastoreo, y pertenecen a los descendientes de los pobladores de San Lucas Viejo. En los testimonios orales expresan sus valoraciones sobre el abandono de las tierras originarias, por las que ocupan en la actualidad:

“Salimos ganando porque allá era muy Difícil trasladarse a Rosales y mucho más a ciudad Delicias y luego ¿qué hubiera sucedido con la escuela para los niños?, porque la que había era solo la de la profesora Bertha que le daba clases a todos, grandes y chicos, ¿y después con la secundaria?, ¿cómo le hubieran hecho los que ahora son profesionistas?”

Esta narrativa de uno de los pobladores nos apoya en el balance: salieron ganando. Es bueno interpretar que, de haber sido un poblado en la serranía agreste y con pocas vías de comunicación, ahora se ubican más cercanos a ellas. Otro testimonio cuestiona:

“¿por qué el poblado de Nuevo San Lucas se ubicó a dos kilómetros de la carretera federal?, ¿por qué no lo fundaron a un lado de la carretera?, hubiera sido un poblado más próspero a la pasada de los carros y camiones, hasta hubiéramos podido vender comidas, refrescos, sandías, tomate, chile y todo lo que dan las tierras.”

Con esta narrativa nos damos cuenta de la necesidad de estar cerca de las vías de comunicación, pensando a futuro, con expectativas de subsistencia y de educación. De conformidad con Paul Ricoeur, afectados por el pasado, lo traducimos como esos recuerdos que no pasan, que siguen en la memoria, se rememoran cotidianamente y afloran en esta temporalidad presente, ante el problema de la extracción de agua de la presa Las Vírgenes. Ellos la consideran de su propiedad y además fuente de la subsistencia. Sin agua no hay vida, nos abocamos a la primera pregunta de investigación: ¿Qué recuerdos guardan los pobladores de San Lucas Viejo de la época en que vieron hundirse la población en la presa Las Vírgenes? “Lo único que se alcanzaba a ver era la cruz de la iglesia del Sr. San Lucas, pero cómo no la quitamos, por qué la dejamos.” Aún aflora la tristeza y pareciera que el tiempo no ha pasado para nuestro informante. La iglesia era una construcción de adobe, “todavía puedo ver los popotes de paja que sobresalían de los adobes que se habían hecho por Don Lupe, que fue el que construyó la iglesia.”

La remembranza anterior nos llevó a la narración de que en la comunidad –de 120 habitantes- la mayoría era de origen humilde, a juzgar por la referencia a las casas de adobe y los techos de terrado, la molienda de granos a mano, y el cocimiento del maíz para tortillas con cal. La narración incluyó el relato de cómo la familia se reunía por las tardes para prender la lumbre y platicar lo que había sucedido en la construcción de la presa, sin faltar las leyendas que asustaban a pequeños y grandes. “Yo tenía ocho años, soy de 1940, cuando se hundió mi Sanluquitas.” Las añoranzas por los recuerdos –como si fueran del momento- reflejan una descripción densa, como si se estuviera viviendo de nuevo la tristeza y la melancolía: “las personas salían de las casas para arriba del cerro.” Con este episodio verbal podemos entender cómo el agua iba subiendo de nivel y, aunque el gobierno había proporcionado ya el techo con las Carpas o el Campamento, aun no se convencían de abandonar su pueblito: “Vivíamos en un ranchito fuera del poblado de San Lucas Viejo, así que pude ver cómo el agua se comía los adobes de las casas, de la iglesia y lo único que podía hacer era ponerme a llorar.” El informante rompió en llanto, no se pudo contener, como si estuviera sucediendo en ese momento.

Con respecto a la segunda pregunta de investigación: ¿Cómo funcionaba la escuela unitaria en San Lucas Viejo?, las narrativas se abocan a la descripción del cuartito de adobe; con techo de terrado y carrizos y tablillas de madera para detenerlo; piso de tierra, pero de tano que lo barrían, ya parecía de cemento; con un pizarrón en la pared del frente pintado de negro, donde se veía perfectamente cuando la profesora Bertha escribía. Tenía dos ventanas a los lados y una puerta de entrada y salida; había tres bancas, pero no como las de ahora, eran de una sola pieza y se sentaban de siete por banca, por lo que haba que llegar temprano a la escuela para tener lugar. Otros se sentaban en el suelo cuando no alcanzaban o cuando eran castigados: “a mi hermano Santos, la maestra Bertha Ponce de Orrantia habló con mi mamá y le dijo: -Manuela, mejor ya no me lo mandes a la escuela, no trabaja, solo está ocupando un lugar y haciendo vagancias.” Eso fue suficiente para que ya no lo enviaran a la escuela y de lleno se enfocó en las labores agrícolas. En la actualidad es uno de los agricultores afectados por la extracción del agua de la presa Las Vírgenes y habita en el poblado de San Lucas Nuevo.

La palabra de la profesora Bertha, a quien se le recuerda siempre como la forjadora de varias de las generaciones de sanluqueños, era indiscutible. Menciona nuestro informante que Manuela era su madre y era muy amiga de la maestra Bertha, amistad que perduró en esa travesía del cambio al nuevo poblado, ya que fueron vecinas y continuaron la amistad: “La escuelita también la pusieron en las Carpas.” Considera que eso fue muy bueno porque había oportunidad de jugar con los otros que iban a la escuela: “Jugábamos a la pelotita, recuerdo a Pepina, María Carrasco, hermana de Chuy Carrasco, decíamos un pollito y aventábamos la pelotita para cacharla. Íbamos a la escuela y siempre jugábamos, porque en casa era puro poner nixtamal y molerlo.” Las personas que se mencionan como compañeras de juego habitan en el nuevo poblado y llama la atención el papel que tenía la escuela como ese espacio en el que socializaban ideas, valores y prácticas, referentes a las actividades productivas que realizaban.

Cuando se hizo la pregunta relacionada con los recuerdos de los libros que utilizaban y que leían, la respuesta fue: “La maestra tenía sus libros y de allí nos explicaba, pero nunca tuvimos uno como ahora.” Suena lógico el comentario ya que los libros gratuitos llegan hasta 1959, cuando se creó la Comisión Nacional para los Libros de Texto Gratuitos (Ixba, 2013). La maestra Bertha debía tener las cartillas para aprender a leer y escribir, los silabarios y el método Lancasteriano, que todavía se utilizaba en esos años, aunque ya de manera informal. La escuelita del pueblo, al quedar en los recuerdos de los informantes, resalta el valor y la estima que tenía para las personas de origen humilde. Representaba el lugar social por antonomasia, en el cual se intercambiaban formas de vida, visiones y expectativas de los niños y niñas que asistían. Se puede afirmar que la escuela es el centro de las interacciones en esa temporalidad y esto se reafirma por el control y el poder de la maestra Bertha, quien asume la función social más importante en la comunidad.

En relación a la pregunta relacionada con las narrativas sobre la construcción de la presa Las Vírgenes, las respuestas fueron en el sentido que la mayoría de los hombres, incluyendo niños, trabajaban en su construcción: “Iban en trocas, los llevaban a trabajar en la construcción de la presa.” Al llevarlos en un vehículo, podemos suponer que el Campamento no estaba muy cercano, aunque nuestra entrevistada menciona que se podía ver desde allí cómo construían la presa. Sin embargo, conociendo la orografía del terreno y cómo se contenía el agua del Río San Pedro, es lógico imaginar que se ubicaban en los lugares de la parte alta de los cerros con planicie.

Los trabajadores que habitaban las Carpas estaban motivados porque sabían que el gobierno les daría tierras para cultivo en otro lugar y entendían que esa presa era la forma de almacenar y distribuir el agua que utilizarían en la agricultura en el nuevo poblado donde también habría casas. A la fecha han pasado 73 años desde la inauguración de la pesa y ahora el problema es la extracción del agua del lugar en que trabajaron para almacenarla, pensando en su bienestar. Cómo no podría afectarlos ese pasado, si son los primeros perjudicados cuando se pone en riesgo su modo de vida, basado en una actividad que ejercen desde hace tanto tiempo.

Arturo Hernández Magallanes recordó que él salió del pueblo anegado cuando contaba apenas con cinco años. Su padre, Guadalupe Hernández Hernández, consiguió una troquita Ford de redilas -de su hermano- y se trajo todas las propiedades de la familia en un solo viaje. Cargaron con una estufa de leña y otra de petróleo, la mesa, unas sillas, un pequeño trastero de madera y las camas. Otra persona entrevistada menciona: “Nos cambiaron en camiones del gobierno, no me acuerdo bien pero así fue.” Debió ser una verdadera proeza el traslado definitivo, pero todo esfuerzo valía la pena, porque iban a habitar un nuevo núcleo de población y, lo más importante: más juntos, con casas construidas por el gobierno, muy bien trazadas, muy ordenadas, con sus calles y con tierras de cultivo regadas con agua rodada. “Mi papá me llevó de las Carpas antes de cambiarnos a conocer la casa nueva, no podía creerlo, ¡una casa! Además, allí, a un lado, vivía ya Doña Herlinda y Don Genaro. Los conocí, después serían mis suegros.

Finalmente, y a manera de cierre, la pregunta de investigación ¿Cómo se expresan los habitantes en relación a la extracción de agua de la presa Las Vírgenes?, se evidencia repudio. En las entrevistas, las notas en medios de comunicación, representantes del gobierno, políticos de la región, artistas, entre otros sectores, se sumaron en una posición de rechazo hacia un acuerdo internacional que debe revisarse, pues en un estado semidesértico, afectado por el cambio climático, el agua es un bien escaso y esencial para la vida.

Los sanluqueños no asimilan que su presa Las Vírgenes amenace con quedarse sin agua en los años de peor sequía. El agua que ahogó su antiguo pueblo, por la que trabajaron sus ascendientes, el lugar de sus recuerdos, difícilmente se recupera cuando de aplican las cláusulas de un tratado que hoy parece injusto. El enojo, la tristeza, la nostalgia, el peligro de la subsistencia, es el ideario presente hoy en la memoria, en la conciencia de los habitantes.

Conclusiones

Estar afectados por el pasado, como lo menciona Paul Ricoeur, es tener en la memoria los acontecimientos vividos y que ahora son recordados –como ocurre en las narrativas de los sanluqueños- con el fin de que adquieran significado en la percepción, orientación y motivaciones de la vida cotidiana. Pensar históricamente, a la manera como lo enuncia Jorn Rusen, es constitutivo de la conformación de la conciencia, misma que se manifiesta –para el caso abordado- en la defensa del agua ante la extracción en la presa Las Vírgenes.

La historia de los regímenes del presentismo, expresada por Francois Hartog, adquiere significado y necesita ser abordada como una emergencia por rescatar los acontecimientos que se viven en la realidad, sin descuido y complementariamente con la reconstrucción de la historia del tiempo pasado, partiendo de evidencias, como trabaja el oficio del historiador. Así lo enuncia Ovalle Pastén (2012) en su propuesta para posicionar y abordar la Historia del tiempo presente.

En el rescate de la narrativa, un informante nos confió su memoria y sus recuerdos: “Iba a ver el ranchito triste, ahogado, allí se había quedado mi gatito gris.” Incluimos este pequeño fragmento del diálogo precisamente por lo que señala Fernández (2021):

Recuperar experiencias (entreveradas con emociones y afectos), conceptualidades e imaginarios en parte perdidos supone un desafío para el historiador, en la medida en que este ha de esforzarse por poner hasta cierto punto entre paréntesis sus propios conceptos y valores para —mediante la interposición artificiosa de una suerte de velo de la ignorancia retrospectivo— intentar ponerse en el lugar de aquellos que no disponían de tales conceptos y de tales marcos intelectuales y morales, sino que aplicaban unas pautas muy diferentes, parcialmente esfumadas, y que solo es posible recuperar a través de un proceso laborioso de «traducción» hermenéutica (p. 27).

Intentar recuperar las experiencias de los informantes, pero ser sensibles a los deseos y expectativas de sus temores y convicciones, es lo que nos acerca a las narrativas humanas; por ello lo significativo de un gatito que murió ahogado. Nos hacen sentir empáticos con los recuerdos que aún flotan y emergen de nuestro informante.

Referencias

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Fernández Sebastian, J. (2021). Historia conceptual en el atlántico ibérico, lenguajes, tiempos, revoluciones. Madrid: Fondo de Cultura Económica de España.

Google Maps. (2022). Ubicación del Rosales, Chihuahua. Recuperado de: https://www.google.com.mx/maps/@28.2584182,-105.5780795,11.86z

Ixba Alejos, E. (2013). La creación del libro de texto gratuito en México (1959) y su impacto en la industria editorial de su tiempo: Autores y editoriales de ascendencia española. Revista mexicana de investigación educativa, 18(59), 1189-1211. Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-66662013000400008&lng=es&tlng=es.

Mendoza Vargas, H. (1998). Reseña de "Breve compilación sobre tierras y aguas de Santa Cruz de Tapacolmes, Chihuahua (1713-1927)" de Aboites Aguilar, L., y A. D. Morales Cosme. Investigaciones Geográficas (Mx), (36), 112-113. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=56903612

Meza Rivera, F. (2010). La epopeya del pueblo anegado. La crónica de Chihuahua. Recuperado de: http://www.cronicadechihuahua.com/La-epopeya-del-pueblo-anegado.html

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Vega, A. (2020, 8 de agosto). La lucha de Chihuahua por el agua: ¿por qué México debe cederle millones de litros a EU? Animal Político. Recuperado de: https://www.animalpolitico.com/2020/08/mexico-debe-ceder-millones-litris-agua-chihuahua/

Notas de autor

* Profesor Investigador de la Universidad Autónoma de Chihuahua, México. Es doctor en Ciencias Pedagógicas. Entre sus publicaciones recientes están “Fundamentos teórico- metodológicos en la investigación educativa en Chihuahua; análisis de un área del conocimiento” en IE Revista de Investigación Educativa de la REDIECH (2019) y el capítulo de libro “Conciencia histórica en la oralidad y lo documental” en La historia oral: usos y posibilidades en la investigación histórico-educativa (2021). Cuenta con reconocimientos PRODEP y del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel 1. Es miembro de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación, del Consejo Mexicano de Investigación Educativa y de la Red de Investigadores Educativos Chihuahua.
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