Reseñas

Reseña del libro: Rosano, Alejandro (coord.); Miradas para una geohistoria regional, Ministerio de Educación y Cultura, Uruguay, 2018

Book Review: Rosano, Alejandro (coord.); Miradas para una geohistoria regional, Ministerio de Educación y Cultura, Uruguay, 2018

Jesús Adolfo Trujillo Holguín *
Universidad Autónoma de Chihuahua, México

Reseña del libro: Rosano, Alejandro (coord.); Miradas para una geohistoria regional, Ministerio de Educación y Cultura, Uruguay, 2018

Debates por la Historia, vol. 7, núm. 1, pp. 223-230, 2019

Universidad Autónoma de Chihuahua

Rosano Alejandro. Miradas para una geohistoria regional. 2018. Uruguay. Ministerio de Educación y Cultura. 204pp.. 978-9974-8429-8-4

Recepción: 20 Enero 2019

Aprobación: 29 Marzo 2019

Publicación: 29 Abril 2019

Reseña del libro: Rosano, Alejandro (coord.); Miradas para una geohistoria regional, Ministerio de Educación y Cultura, Uruguay, 2018

La elaboración de esta reseña del libro Miradas para una geohistoria regional, coordinado por el joven historiador uruguayo Alejandro Rosano, tiene el doble propósito de articularse con la exposición de similitudes que encontramos entre dos grupos de investigadores que desarrollan sus actividades académicas en hemisferios opuestos del planeta y que les tocó coincidir en la presentación de sus proyectos en un congreso. El primero agrupa a un conjunto de colectivos que se reúnen en torno a las Jornadas de Geohistoria de la Región Centro-Sur y sus integrantes comparten el interés por estudiar el pasado local y departamental en la República Oriental del Uruguay. El segundo grupo es un Cuerpo Académico conformado por profesores-investigadores de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua, México, y su línea de investigación gira en torno a la historia e historiografía de la educación, con énfasis en el espacio local y regional.

De Ranchería Juárez, Chihuahua, a la Región Centro-Sur del Uruguay

Al presentar los avances de investigación en las mesas de trabajo del XIII Congreso Iberoamericano de Historia de la Educación Latinoamericana (CIHELA) -celebrado en la ciudad de Montevideo, Uruguay, a principios de 2018- se pudieron constatar las grandes similitudes que existen en dos países latinoamericanos en cuanto a tendencias académicas y desafíos para el ejercicio de las actividades de investigación. Ambas naciones ?Uruguay y México- presentan el fenómeno del centralismo político en su ciudad capital, lo cual impacta en la asignación limitada de recursos económicos para los departamentos y estados - respectivamente en cada caso- que se destinan al desarrollo de proyectos y al financiamiento para la publicación de libros, los cuales constituyen una vía para la circulación del conocimiento en los sectores sociales interesados: escuelas, estudiantes, habitantes de pequeñas localidades, grupos de profesores de educación básica y media, entre otros. En estos estratos regularmente no se tiene acceso a los canales tradicionales de circulación de productos generados por los investigadores (repositorios institucionales, revistas científicas, memorias electrónicas, congresos académicos, entre otros).

Los dos grupos de trabajo, sin haber tenido acercamientos previos, desarrollaron actividades de investigación muy similares, con el interés de rescatar la memoria colectiva de sus comunidades para ponerla al alcance de las actuales y futuras generaciones. Buscaban abrir ?ventanas? a través de las cuales las personas pudieran mirar hacia el pasado para reconocer sus principales procesos, contextos, personajes, coyunturas y ?en general- todos los elementos cotidianos que van moldeando su identidad comunitaria.

En el caso de Chihuahua, la tarea inició con una investigación destinada a recuperar la historia ?particularmente de sus procesos educativos- en una comunidad ejidal denominada Ranchería Juárez, proyecto que se sometió al concurso del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC / 2015) que financió la edición de un libro que luego fue incorporado en las actividades educativas con alumnos de educación básica de las escuelas del lugar. El trabajo fue tan exitoso que en menos de dos meses se agotó la edición de los primeros mil ejemplares de la obra, sin que para ello hubiera un intercambio académico fuerte. Se trató simplemente de discusiones entre los habitantes que opinaban acerca del contenido del libro durante alguna reunión familiar, conversaciones entre los asistentes a la cantina La Frontera, reclamos entre los ejidatarios por los nombres de quienes habían aparecido o de quienes quedaron ausentes en los relatos, remembranzas de los abuelos que se trasladaron a su época de estudiantes en alguna escuela de su antigua ranchería y nostalgia al revivir momentos que se creían olvidados.

En el caso de la Región Centro-Sur del Uruguay, igualmente grupos de investigadores interesados en rescatar los procesos históricos de sus respectivas localidades, lograron conjuntar sus esfuerzos alrededor de una actividad académica que les permitió configurar un proyecto colectivo que también fue presentado ante una instancia de gobierno ?el Fondo Regional para la Cultura- Ministerio de Educación y Cultura- con el cual obtuvieron apoyo para la edición de un libro, el cual se reseña en el siguiente apartado. Sobre su impacto y resultados, quedará pendiente que los autores lo den a conocer más adelante.

Comentarios al libro Miradas para una geohistoria regional

El libro refleja la tendencia que existe en Uruguay de regresar a las investigaciones locales que rompan con las visiones centralistas. Este fenómeno no es exclusivo del contexto uruguayo, sino que en México también es compartida la idea de que debemos migrar de una histórica centrada en los acontecimientos a nivel macro (estructuras económicas y de poder, grandes personajes, historia de bronce), hacia relatos más ?vivos? del pasado; centrados en la vida cotidiana, en los personajes de ?carne y hueso? y en todo aquello que ocurre en los micro espacios que conforman una localidad, región o país ( Aguirre y Márquez, 2016; Galván, 2003).

Miradas para una geohistoria regionalse antoja como un proyecto plausible por varias razones. En primer lugar, porque parte de la idea de revalorizar las actividades de investigación en el ámbito local, las cuales se nutren de las fuentes primarias disponibles en las comunidades que integran cada uno de los departamentos y que -sin duda- contribuyen a generar relatos con enfoques más concretos, más reales y más representativos del diario acontecer de una población. Esta mirada hacia lo local se coloca a tono con la tendencia que también se vive en México, la cual se ha visto reforzada por un creciente interés de las comunidades de investigadores hacia los márgenes de la historia y hacia la búsqueda en archivos de escuelas, familias, municipios, iglesias u otros espacios que atesoran documentos con los cuales podemos encontrar nuevas pistas para explicar el desarrollo humano. Al voltear la mirada hacia lo local, apuntamos al enfoque de la ?microhistoria a la mexicana? que ?en palabra de Luis González y González- se refiere a:

[?] la vida cotidiana de un ser en su propio medio, para hablar del hombre común y corriente (de estatura normal, no de los ?gigantes? como hace la historia normalmente), de los modos de proceder que son los más íntimos, pero también los más propios del ser humano en general ( González, 2002, p. 198).

El segundo elemento de valor es el abandono del enfoque academicista del conocimiento histórico por el cual el interés de los autores del libro no se encaminó hacia la publicación de sus trabajos en revistas indexadas y arbitradas -preferentemente internacionales- que los dotaran de prestigio académico. Por el contrario, utilizaron como canal el libro, se apoyaron en un programa de financiamiento público y optaron por desarrollar temas de relevancia para los habitantes de Durazno, Flores, Florida, Trinidad, San José, Minas, Lavalleja o Canelones. La característica en cada texto es el lenguaje sencillo y con ello aportan un insumo invaluable para llevar a los lectores a ?como ellos dicen- ?correr el velo sobre aspectos poco o nada conocidos del transcurrir histórico de las sociedades del interior del Uruguay? ( Rosano, 2018, p. 208).

El tercer aspecto de importancia es que el libro resulta del trabajo colaborativo en red, teniendo como escenario las Jornadas de Geohistoria de la Región Centro-Sur, abanderadas por el Grupo Identidad Florida y en las cuales participan también los grupos Geohistoria Durazno y Porongos. Como en toda empresa, el trabajo no ha quedado exento de dificultades y obstáculos, pero a todos sus integrantes les une ?la tarea de alcanzar un conocimiento más profundo y crítico sobre sí mismos? ( Padrón, 2018, p. 10).

Miradas para una geohistoria regional también enseña que las nuevas tendencias académicas e investigativas no aparecen de la nada. En cada uno de los capítulos se pueden apreciar diferentes grados de madurez en el manejo de herramientas conceptuales y metodológicas cuyo punto de encuentro es la fundamentación del dato en fuentes primarias, lo cual repercute en la revalorización del Archivo Histórico como espacio para propiciar las actividades de investigación en el campo. El trabajo sistemático, la exploración de nuevas vetas investigativas, la publicación de resultados, entre otro esfuerzos que realizan los historiadores de manera individual y en grupo, sin duda alimentan esta revalorización del patrimonio documental que se acompaña del rescate de archivos durante la última década, como el correspondiente a los Institutos Normales ?María Stagnero de Munar y Juaquín R. Sánchez? de Montevideo ( Hernández y Faget, 2013) o los que fueron utilizados para la elaboración de cada uno de los artículos del libro: Curia Metropolitano de Montevideo; Departamental y Parroquial de San José; Antigua Junta Económico Administrativa, Oficialía del Registro Civil, Juzgado Letrado, Museo Histórico Casa de Rivera, Jefatura Política y Policiaca, y Pequeño Teatro de Durazno; Junta Departamental de Lavalleja; Escuela Número 2 de Minas; Parroquial de Canelones; entre otros.

Los 13 trabajos que incluye el libo ponen la mirada en instituciones concretas como el Pequeño Teatro de Durazno, donde Sandra Casas se ocupa de reseñar el surgimiento y desarrollo de este recinto artístico que va más allá de un espacio físico. Lo coloca como pretexto para recorrer la vida cotidiana duraznense, las tendencias artísticas y los personajes y grupos que ejercieron mayor influencia a nivel regional y nacional. Trae a la memoria de esa comunidad los nombres de personajes como Rosita Sosa Galó, Domingo Alonso y Juan Rodons, fundadores del teatro. Es destacable cómo a través de una reseña histórica como esta se pueda dar cuenta de la evolución en las políticas públicas destinadas a la cultura de todo un país, en este caso Uruguay.

El resto de los capítulos que componen el libro van en el mismo sentido, es decir, rescatar hechos, personajes y lugares que tienen algún significado para los habitantes de cada localidad: el Puente de Porongos, los orígenes de la prensa en Durazno, el panteón en cerros de La Macana o los centros educativos de Florida y Durazno. Se trata pues de un relato centrado en la cotidianidad, donde la aportación más importante sea quizás la de mantener en el imaginario colectivo, en la memoria de los habitantes, lo que les dota de sentido de pertenencia e identidad. Margarita Patrón, Alberto Lamaita Rodríguez, Héctor Moreira, José Aldecoa, Oscar Montaño, Facundo Ortiz Listur, Andrés París, Alejandro J. Peláez, Ramiro Tourreilles, Oscar Padrón Favre, Roberto Bonilla, Oscar Nóbile Agapo, Luis Palomeque, Cristina Campelo, Milsa Dozetas, Alejandro Rosano, Alberto Cruz, Hugo R. Irrazábal Luzardo, Malba E. Maciel Touriño y Mónica Martínez tienen algo que contar; así que la invitación es a prestar oído a sus relatos, sumergiendo la mirada en los textos que integran esta obra.

Referencias

Aguirre Lora, M.E.; y Márquez Carrillo, J. (2016). Historia e historiografía de la educación en México, 2002-2011: vicisitudes de un territorio abierto. En Aguirre Lora, M.E. (coord.), Historiografía de la educación en México. Hacia un balance, 2002-2011, vol. I, pp. 35-60. México: COMIE / ANUIES.

Galván Lafarga, L.E. (2003). Debates, enfoques y paradigmas teóricos. En Galván Lafarga L.E.; Quintanilla Osorio, S.; y Ramírez González, C.I. (coords.), Historiografía de la Educación en México, pp. 85-92. México: COMIE.

González y González, L. (2002). Mesa Redonda: Microhistoria mexicana, microhistoria italiana e historia regional [Presentación de Conrado Hernández López]. Relaciones, XXVI(101), pp. 193-224.

Hernández, C.; y Faget, M.E. (2013). Editorial. Revista Superación, segunda época, núm. 5, pp. 9-10.

Padrón Favre, O. (2018). A manera de prólogo. En Rosano, A. (coord.). Miradas para una geohistoria regional. Florida, Uruguay: Fondo Concursable para la Cultura / MEC.

Rosano Soca, A. (coord.). (2018). Miradas para una geohistoria regional. Florida, Uruguay: Fondo Concursable para la Cultura / MEC.

Notas de autor

* Profesor investigador de la Universidad Autónoma de Chihuahua (México). Es doctor en educación y cuenta con especialidad en competencias docentes por la Universidad Autónoma de Madrid (España). Entre sus publicaciones recientes están: Debate legislativo y educación. El artículo tercero a cien años de la Constitución Política de 1917 (coord.) (2018). Tiene reconocimiento al perfil Prodep y del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel 1. Es socio del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación y de la Red de Investigadores Educativos Chihuahua. Sus temas de interés son la historia e historiografía de la educación y formación de maestros.
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