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Una propuesta metodológica para la investigación histórica contemporánea aplicada al estudio de la represión a los movimientos estudiantiles en Chihuahua, durante la década de 1960
A methodological proposal for researching contemporary history applied to the research of student movements repression in Chihuahua during the 60´s.
Une Proposition Méthodologique pour la Recherche Historique Contemporaine appliquée à l’étude de la répression des mouvements Étudiants à Chihuahua pendant les années 1960
Propozycja metodologiczna współczesnych badań historycznych zastosowana do badania represji ruchów studenckich w Chihuahua w latach 1960
Debates por la Historia, vol. 11, núm. 1, pp. 189-213, 2023
Universidad Autónoma de Chihuahua

Artículos de investigación


Recepción: 12 Mayo 2022

Aprobación: 08 Octubre 2022

Publicación: 31 Enero 2023

DOI: https://doi.org/10.54167/debates-por-la-historia.v11i1.1103

Resumen: El presente artículo constituye una aportación metodológica para la investigación histórica contemporánea que, generalmente, se rige por el método histórico crítico, el cual se ha estudiado bastante, pero resulta difuso. Este método debe adaptarse a diferentes períodos y contextos, pero no cuenta con pasos específicos para su desarrollo. Se reconoce que la historia tiene modelos muy particulares para la investigación, pero en el afán de facilitar el proceso de análisis de las fuentes, se propone este trabajo. Constituye un método para, a través de la interpretación de textos orales o escritos (hermenéutica), triangular las fuentes históricas evitando el sesgo de ellas y del investigador en mayor medida, aunque se reconoce que la subjetividad es inherente a cualquier investigación. Esta propuesta no pretende encajonar modelos para la investigación histórica, se está consciente de que cada investigador y cada tema a trabajar dictarán las formas, sin embargo, propone un camino que puede ir variando pero da una guía para las investigaciones históricas contemporáneas, que necesitan beber de fuentes orales y escritas para su mejor desarrollo. El principal aporte de este artículo está en la importancia del uso de las cuatro fases que se ofrecen a partir del análisis para llevar a cabo el método Histórico Crítico Hermenéutico (HCH): Identificar el problema de investigación, Recopilar información, Análisis Crítico de las fuentes a partir de la hermenéutica y el Informe escrito.

Palabras clave: Hermenéutica, Heurística, Historia oral, Método histórico crítico.

Abstract: This article aims at contributing in research methodology to the study of contemporary history. This type of research is generally guided by the critical historic method which has been widely studied but it is also vague. This method should be adapted to different periods and contexts and does not have specific steps for its implementation. It is recognized that history has particular research methods, but this work has been proposed with the goal of facilitating the analysis process. This method tries to triangulate historical data through the hermeneutic analysis of oral and written texts, thus avoiding the bias in the sources and the researcher. However, it is recognized the intrinsic subjectivity in all research. This proposal does not try to narrow and stick to a single historical research model. We are conscious that every researcher and every topic to be worked on will outline its own forms. Nonetheless it proposes a path which can vary but at the same time can guide contemporary historic research that needs to draw on written and oral accounts for its development. The main contribution of this article resides in the importance of using the four phases offered in an analysis to carry out the Critic History Hermeneutic (HCH) model which consists of identifying the research problem, collecting data, critical analysis of the sources and written report.

Keywords: hermeneutic, heuristic, oral history, critical history method.

Résumé: Le présent article constitue une contribution méthodologique à la recherche historique contemporaine qui est généralement guidée par la méthode historique critique, qui a été assez étudiée mais est diffuse. Il doit s’adapter à des périodes et des contextes différents, mais ne comporte pas d’étapes spécifiques pour son développement. On reconnaît que l’histoire a des modèles très particuliers pour la recherche, mais dans le souci de faciliter le processus d’analyse des sources ce travail est proposé. . Il s’agit d’une méthode pour, à travers l’interprétation de textes oraux ou écrits (herméneutique), trianguler les sources historiques en évitant le biais de la source et du chercheur dans une plus large mesure, même si la subjectivité est inhérente à toute recherche. Cette proposition ne vise pas à encadrer des modèles pour la recherche historique, on est conscient que chaque chercheur et chaque sujet à travailler dicteront les formes, mais il propose un chemin, qui peut varier mais donne un guide pour les recherches historiques contemporaines, qui ont besoin de boire de sources orales et écrites pour leur meilleur développement. La principale contribution de cet article réside dans l’importance de l’utilisation des quatre phases offertes à partir de l’analyse pour mener à bien la méthode historique critique herméneutique (HCH): Identifier le problème de la recherche, Recueillir des informations, Analyse critiqu.

Mots clés: Herméneutique, Heuristique, Histoire orale, Méthode historique critique.

Streszczenie: Artykuł ten stanowi metodologiczny wkład we współczesne badania historyczne, które generalnie rządzą się krytyczną metodą historyczną, która jesy wystarczajaca zbadana, ale jest rozproszona. Musi dostosować się do różnych okresów i kontekstów, ale nie ma konkretnych kroków dla swojego rozwoju. Uznaje się, że historia ma bardzo szczególne modele badań, ale w celu ułatwienia procesu analizy źródeł proponuje się tę pracę. Stanowi metodę, poprzez interpretację tekstów ustnych lub pisanych (hermeneutyka), triangulacji źródeł historycznych unikając w większym stopniu stronniczości źródła i badacza, chociaż uznaje się, że subiektywność jest nieodłączna każdemu badaniu. Ta propozycja nie ma na celu zaszufladkowania modeli do badań historycznych, jest świadoma, że każdy badacz i każdy temat do pracy będzie dyktował formy, jednak proponuje ścieżkę, która może się różnić, ale daje przewodnik dla współczesnych badań historycznych, które muszą czerpac ze źródeł ustnych i pisanych, aby jak najlepiej się rozwinąć. Głównym wkładem tego artykułu jest znaczenie wykorzystania czterech faz oferowanych z analizy do przeprowadzenia metody Hermeneutycznej Krytycznej Historycznej (HGH): Identyfikacja problemu badawczego, Zbior informacji, Krytyczna analiza źródeł z hermeneutyki i pisemny raport.

Słowa kluczowe: Hermeneutyka, heurystyka, historia mówiona, krytyczna metoda historyczna.

Introducción

El presente artículo surge como resultado del trabajo de investigación en la tesis doctoral “La represión a los movimientos estudiantiles y magisteriales en Chihuahua (1960-1970)”. En el quehacer del historiador-investigador, trabajar esta temática fue un reto al tener que involucrar diversas estrategias y herramientas metodológicas como la historia oral, el trabajo con fuentes secundarias y primarias, la hermenéutica, la crítica, entre otras. El mayor desafío fue la triangulación de las fuentes encontradas.

Este trabajo, enfocado en el aspecto metodológico, indicó un camino que se comparte en este artículo, pues constituye una propuesta metodológica para investigaciones históricas similares. Los trabajos que necesiten una serie de pasos, que no limitativos, impliquen utilizar y beber de varias metodologías en la búsqueda de la verdad histórica, pueden tener esta propuesta como guía.

El artículo está divido en cuatro apartados fundamentales. El primero de ellos aborda la fase heurística de la investigación, o sea una descripción del trabajo con las fuentes secundarias, primarias y hemerográficas. En un segundo apartado se trabaja la historia oral como método indispensable de la investigación histórica y las fuentes orales. Seguidamente se presenta el método histórico, pero desde una mirada que además de la crítica histórica, incluye la hermenéutica como herramienta para optimizar dicho método. Por último, se presentan las conclusiones a partir de la propuesta metodológica realizada, que incluyen las cuatro fases fundamentales para integrar las herramientas anteriores en el proceso de hacer e investigar historia.

Fase heurística de la investigación

Una de las principales labores realizadas para la investigación que se presenta, fue con las fuentes secundarias, que permiten definir un estado del arte. Según Aróstegui (1995), la documentación escrita que el historiador emplea pertenece a dos grandes campos: la documentación bibliográfica y hemerográfica, y la documentación de archivo. Sin embargo, esta perspectiva minimiza el texto recogido de la historia oral, en el caso de las investigaciones del tiempo presente, las cuales necesitan un análisis tan fortalecido como el de las fuentes escritas originales.

No obstante, lo importante para una investigación histórica está en el análisis que se realiza para extraer la verdad del acontecimiento histórico. Según Simiand (2003) “para extraer de un documento una legítima noción de un hecho, se hace, por lo tanto, necesario tomar una serie de precauciones críticas que han sido establecidas por la metodología histórica” (p. 165). Ha sido extensamente trabajado el método histórico y se reconoce que la crítica, ya sea al documento, autor o contexto, es indispensable para el análisis y la búsqueda más objetiva de la verdad en el acontecimiento histórico.

Si en el documento se buscan, como hace el historiador tradicional, acontecimientos individuales, más aún, explicaciones por los motivos, las acciones, los pensamientos individuales, cuyo conocimiento sólo puede obtenerse por intermedio de un espíritu, el documento no es, de hecho, materia de trabajo científico propiamente dicho. Pero si la investigación está dirigida hacia «la institución» y no hacia «el acontecimiento», hacia las relaciones objetivas entre los fenómenos y no hacia las intenciones y los fines concebidos, ésta se encuentra a menudo, en realidad, con que llega al hecho estudiado no por intermediación de un espíritu, sino directamente (Simiand, 2003, p. 179).

A partir de la reflexión que realiza el autor, se debe asumir el análisis del documento más allá del texto en sí. En el caso del trabajo con la represión a los movimientos estudiantiles y magisteriales en Chihuahua, durante la década de 1960, se pretende ir desde una mirada integradora del escrito, su creador y el contexto en que fue realizado, para ello es útil la hermenéutica y las pautas que ofrece para la interpretación de los textos. La heurística comprende entonces las fuentes secundarias, primarias y hemerográficas. La interpretación que hacemos de ellas como investigadores depende de la capacidad que creemos para integrar y beber de otras herramientas para un mayor análisis.

Fuentes secundarias: del texto al relato vivo

Para el tema de investigación que se expone, la búsqueda comenzó en los libros de textos de historia en las bibliotecas de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) -en la Ciudad de México- y bibliotecas virtuales como Library of Congress y Library Genesis. Estos textos sugirieron el camino a seguir, el cual se fue complementando con los propios textos de los entrevistados que además de contar su historia, ya las habían hecho relatos escritos.

Carlos Montemayor, Jesús Vargas, Fritz Glockner, Aleida García, entre otros, fueron de los principales autores que propiciaron estas fuentes secundarias referidas. Por sus hojas de vida y producción escrita, se pueden considerar especialistas en los temas de movimientos sociales y guerrillas en Chihuahua.

El libro La revolución que llegaría. Experiencias de solidaridad y redes de maestros y normalistas en el movimiento campesino y la guerrilla moderna en Chihuahua 1960-1968 de García (2015) constituye un análisis sobre por qué y cómo los maestros y estudiantes de Normales rurales apoyaron a los grupos de demandantes de tierras de Chihuahua entre 1960 y 1964. Trabajar este texto ha sido enriquecedor para la investigación, sin embargo, es importarte identificar el posicionamiento político de izquierda de la autora, evidenciado por su accionar político y social en la actualidad, lo cual constituye un elemento de reserva para tomarlo en su totalidad como referente teórico, no obstante, su trabajo con las fuentes, sobre todo primarias, es amplio, así como el análisis de los acontecimientos.

En el caso de Memoria Roja de Glockner (2013), se realiza un análisis similar. El historiador y periodista, es también partidario radical de izquierda, con una historia de vida que avala su posicionamiento político, al ser hijo de desaparecidos durante la llamada “guerra sucia”, pero a su vez estas cuestiones personales pueden sesgar la producción del investigador. Un punto a favor de su libro es que intenta rescatar las voces que no son reconocidas por la historia oficialista, trabajo difícil, pero a la vez necesario en la reconstrucción historiográfica actual. Específicamente y para ello, dedica un capítulo a trabajar el asalto al cuartel militar de Madera y la figura de Arturo Gámiz. El análisis de este tipo de fuentes acrecienta la investigación al ver, desde diferentes contextos, una misma historia contada por voces que no coinciden en todos los puntos, pero permiten problematizar el tema de la represión a los movimientos sociales de la época.

Otro autor indispensable para indagar acerca de la represión a los movimientos sociales, incluidos los estudiantiles y magisterial en Chihuahua, en la década de 1960, es Carlos Montemayor. Sus textos, con un enfoque novelesco, por el tipo de literatura, como Guerra en el Paraíso y Los Informes Secreteos, son ficciones que se mezclan con la historia. Sin embargo, específicamente Las armas del alba, Las mujeres del Alba y La Fuga, constituyen los relatos de la década de 1960 en Chihuahua. Están basados tanto en experiencias personales, por coincidir en época y personas, como en un arduo trabajo investigativo que incluye desde entrevistas hasta trabajo con documentos históricos. Tanto los hechos de Madera y las penurias de los familiares ante la represión policial luego de septiembre de 1965, son destacados y evidenciados en estas novelas.

El trabajo con fuentes secundarias para la presente investigación es amplio e inacabado, sin embargo, se mencionan algunos ejemplos. La intención es divulgar la propuesta metodológica utilizada en la investigación, ejemplificando el trabajo realizado.

Fuentes primarias: archivos, documentos y lo inaccesible

Teniendo en cuanta el contexto, periodicidad y momento histórico que aborda la presente investigación, ha sido importante distinguir como fuentes primarias desde los documentos de archivos que aportan información relevante sobre la represión a los movimientos sociales, entre ellos los informes y memorándums de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), hasta la prensa de la época y los libros escritos por protagonistas de los hechos que cuentan sus anécdotas. Desde este punto de vista, las entrevistas realizadas con personas que vivieron la década, también cuentan como fuentes primarias. Teniendo en cuenta esta especificación, es importante acudir al concepto de Ahumada (2020):

Cuando se habla de documento histórico, es preciso entender de manera rigurosa: todo aquello (vestigio o resto) que puede, de alguna manera, revelarnos alguna cosa que nos permita conocer el pasado humano […] bajo el aspecto o ángulo particular según el cual es interrogado. Esta definición de documento histórico admite al interior de ella las más diversas clasificaciones que se quieran proponer sobre las llamadas fuentes históricas (pp. 98-99).

Esta conceptualización hace válido que, en la presente investigación se conviertan en fuentes primarias: fotografías, cartas de la época, información de archivos personales, entre otros documentos que se encuentren en el proceso de búsqueda de información. Es importante no desechar las fuentes, pero, a su vez, tener entendida la necesidad de la crítica y análisis para la correcta reconstrucción de los acontecimientos históricos. “Es importante tener en cuenta que un documento histórico es siempre una realidad fragmentaria” (Ahumada, 2000, p. 100). De acuerdo con esta aseveración, el hecho de encontrar y trabajar con un documento de la época no convierte su contenido en verdad absoluta, se reconocen las subjetividades, tanto del texto, como del autor y del contexto. El documento en sí debe convertirse entonces en el objeto de estudio del historiador. El investigador debe someter al documento a una constante interrogación y no asumir como sentencia lo que en él aparece.

Los testimonios escritos de los participantes de las acciones deben ser considerados como fuentes primarias, a pesar de que ya constituyan libros editados. Por mencionar algunos ejemplos, en la temática de los movimientos estudiantiles y magisteriales en Chihuahua durante la década de 1960, están Francisco Ornelas con el texto Sueños de Libertad. Este libro puede considerarse una fuente primaria, pues es la escritura de la propia voz de uno de los sobrevivientes del asalto al Cuartel de Madera, el 23 de septiembre de 1965. Otro texto, con similares características, es La Hija del Guerrillero: historia de una persecución de Luz María Gaytán y María Monserrat Perales, hija y nieta del guerrillero chihuahuense, participante en Madera 1965, Salvador Gaytán. Otro ejemplo es el texto de Alonso (2018): Vámonos a la guerrilla de Chihuahua el cual constituye un testimonio desde la Juventud Comunista de México, sobre la influencia de las acciones de Madera. Este tipo de textos están muy sesgados por posicionamientos políticos, ideológicos, por toda una vida de luchas sociales, pero no por ello dejan de ser fuentes primarias en sí, ya que son escritos por personas que vivieron la época.

Para la presente investigación, se ha trabajado tanto en la modalidad virtual como presencial para el rescate de la información. La crisis de pandemia del SARS-CoV-2 (COVID-19) ha traído consigo que el historiador salga de su zona de confort y la virtualidad ha sido imprescindible para la investigación. La búsqueda de información en los archivos es donde generalmente pensamos el trabajo más frecuente del historiador. Sin embargo, la visión de los textos empolvados y las lecturas de documentos amarillos y manuscritos se hace menos común cuando una gran cantidad de archivos han digitalizado sus servicios. Tanto en el análisis tradicional de la documentación de archivo, como en su versión digital, el trabajo del historiador no difiere en la crítica y análisis de las fuentes. Según Aróstegui (1995):

La regla de oro de toda exploración documental de archivo es, sin duda, la de que la búsqueda y la explotación de la documentación ha de hacerse desde una buena planificación de la investigación que es la única que permite optimizar el trabajo desde puntos de vista de imprescindible observación: posibilitar búsquedas exhaustivas; permitir la reorientación de la búsqueda; producir una agrupación correcta de las informaciones; facilitar un claro control de las “lagunas” de la información (p. 365).

A partir de esta orientación metodológica, el trabajo de archivo para la presente investigación, se realizó con un esquema previo que indagaba específicamente los nombres ya identificados por las fuentes secundarias. “Un historiador no lee “a ver lo que hay”, sino lee cosas orientadas por un proyecto previo de observación (Aróstegui, 1995, p. 365). Entre ellos: los participantes de los hechos; las instituciones representativas, como Partido Comunista, UGOCEM o escuelas Normales; los organismos represivos, como los granaderos, la DFS o la Brigada Blanca, los líderes gubernamentales del estado; las fechas representativas y los lugares de mayor acción de los movimientos sociales.

Fuentes hemerográficas: la prensa oficialista y la represión

El análisis de la prensa de la época permite identificar el contexto social, cultural, económico y político del estado en la periodización a trabajar; por ello, el estudio hemerográfico en la presente investigación es de indudable importancia. Se debe tener en cuenta que, en su mayoría, la prensa a la que se ha tenido acceso son periódicos oficialistas, en este caso El Heraldo de Chihuahua y Norte. Sin embargo, para entender la opinión pública de una parte significativa de la población en la etapa, se debe reconocer que, en dicha década, una fuente principal de información era este tipo de prensa.

La documentación hemerográfica tiene condicionamientos propios (Aróstegui, 1995). Esta, constituye la fuente de comunicación pública de mayor difusión e importancia en el siglo pasado. Para el trabajo directo con este tipo de fuentes como El Heraldo de Chihuahua, como investigadores debemos hacer una serie de cuestionamientos que faciliten el análisis: ¿a quién va dirigida la noticia?, ¿quién la redacta?, ¿qué defiende?, ¿qué objetivo sigue la nota?

Para entender la posición de El Heraldo de Chihuahua hay que analizar a quien representa. El Heraldo era propiedad de la cadena García Valseca relacionada a los poderes Estatal y Federal, así como poderes empresariales locales y nacionales. El coronel José García Valseca era dueño de la cadena integrada por editoriales y periódicos nacionales y en los estados. Este hecho permite suponer que el interés de un periódico conservador como El Heraldo era restar importancia a los movimientos campesinos y estudiantiles de la etapa, y una vez que tocan el tema, desacreditarlos (Vega-Hernández, 2020, p. 72).

Queda demostrado entonces el carácter oficialista de este tipo de prensa, sin embargo, se debe mencionar que cronológicamente permite ubicar los hechos históricos y los conflictos sucedidos desde la mirada del gobierno y los diferentes sectores. Por otra parte, se ha trabajado con el periódico Norte, este, aunque con un carácter más autónomo en lo que respecta a la información, ya se pude visualizar claramente en la forma de redactar cualquier noticia las diferencias de enfoque ante una huelga o la represión policial, también responde a un orden socio-económico imperante.

Pese al posicionamiento político de los medios de prensa, el trabajo con las fuentes hemerográficas resulta indispensable para la reconstrucción histórica de los hechos pasados, que permiten la ubicación contextual y socio-política de un sector de la sociedad, de las autoridades y de las principales acciones a estudiar. Ya sería responsabilidad del historiador realizar el análisis y cuestionamientos necesarios, a partir de la crítica histórica y la triangulación de fuentes, para lograr acercarse a la verdad histórica del problema de investigación planteado, en este caso, la represión a los movimientos estudiantiles y magisteriales en Chihuahua en la década de 1960.

Historia oral: las fuentes orales y la urgencia de su recuperación

Nos referimos a historia oral como aquellas investigaciones del tiempo presente, que según Aróstegui (1995), constituyen la historia del pasado reciente, donde aún hay generaciones participantes vivas. En el caso específico de este estudio, la temporalidad aún nos permite entrevistar a sus participantes. Maestros y estudiantes de la década de 1960 sirven como testimonios vivos de la represión gubernamental y policial en la etapa. De ahí también la importancia de reconocer, identificar y aprovechar estos testimonios, que de no hacerse pueden perderse por el paso de los años y las inclemencias de la memoria.

Los estudios sobre historia oral han estado en la palestra de las discusiones teóricas. Por un lado, sus defensores sustentan que su importancia es vital para hacer historia del tiempo presente: “La palabra no resulta tan efímera como generalmente parece, ella constituye la forma más antigua y generalizada de transmitir conocimientos, y ocupa por esa razón un lugar relevante entre las fuentes históricas” (Plasencia et al., 1987, p. 181). Por otro lado, sus detractores que, ante el sesgo presente, no confían en esta fuente como eficaz. No obstante, reconocemos que ninguna fuente está totalmente libre de subjetividades, ni siquiera el propio historiador puede deslindarse completamente de su formación cívica, criterios personales, formación académica o posicionamiento político. Existe sesgo en un periódico o en un documento de archivo, dependiendo de quién lo escribe y de quién lo analiza se detectan estos o no. Somos conscientes que a la hora de trabajar con la historia oral, es común la heroicidad del entrevistado, los protagonismos excesivos y las historias de héroes y villanos, pero en todas las fuentes se está sujeto a estos elementos. Es parte del trabajo del historiador hacer la crítica y triangular la información para validar los acontecimientos, intentado aproximarse a la verdad histórica.

“Una característica de la historia oral es que devela, con singular claridad el entramado y los nudos de las relaciones sociales que moldean la cotidianidad y delimitan los horizontes de opciones posibles” (Necoechea, 2005, p. 17). Sin la historia oral, una investigación del tiempo presente no estaría completa. Este método de trabajo, a partir de la entrevista histórica permite reconstruir los hechos, pero además sentir la experiencia de los testimonios, desde su mirada o sus gestos e incluso de sus silencios, una vez más recayendo en la perspicacia del investigador.

Según Mariezkurrena (2008), los trabajos que basan su información en fuentes orales suelen ser criticados por los detractores de este método de investigación. Menciona que los principales errores que se comenten al usar estas fuentes son las omisiones de los datos y de las fechas, además de los errores frecuentes del uso memorístico. Sin embargo, debemos tener en cuenta que, para que la utilización de la historia oral sea efectiva, no debe verse separada de la fuente escrita, y a partir de ella contrastar la información que ofrece.

Hemos tenido en cuenta los pros y los contras que trae consigo la historia oral, no obstante, para la investigación presentada se consideran ineludibles. Constituye una necesidad investigativa el rescatar las voces, tanto de maestros como estudiantes e incluso militares de la época, de los testimonios de la década de 1960. Además, para entender la repercusión de la represión gubernamental a estudiantes y maestros en esta etapa, solo contrastando la fuente escrita con los criterios y experiencias de sus participantes se puede reconstruir los acontecimientos. En tercer lugar, porque la historia oral como método de debe ser considerada como un instrumento para este tipo de investigaciones.

La historia oral representa la visión de protagonistas o implicados, directa o indirectamente con los hechos históricos. Su estudio es útil y necesario, y su correcta aplicación entregará los resultados para reconstruir el pasado basándose en las situaciones y contexto reales (Vega-Hernández, 2020, p. 76).

La importancia de la historia oral queda recogida en las investigaciones que la han utilizado y sus resultados, en los estudios metodológicos que se enfocan a esta temática y -sobre todo- en el rescate de los testimonios que pueden ser imprescindibles para la reconstrucción histórica de un pasado reciente.

El método histórico y la hermenéutica para la interpretación de las fuentes

El método histórico y la hermenéutica han sido estudiados específicamente desde sus campos; el primero en las investigaciones históricas y el segundo desde una mirada más literaria. Sin embargo, la historia se basa en fuentes, escrita u orales, que determinan, a partir del análisis, la reconstrucción histórica del pasado. Estas fuentes resultan en textos o símbolos, los cuales deben ser analizados a partir de herramientas que permitan al investigador sacar toda la información posible de manera crítica y objetiva. Para ello, la hermenéutica resulta un método eficaz en este proceso de interpretación. El presente apartado intenta, desde ambas aristas y sus definiciones, encontrar los puntos es común que los convierte en aliados metodológicos para la investigación histórica actual.

El método histórico crítico

La historiografía, desde la metodología de la investigación histórica, recoge muchos autores que han planteado el método histórico desde diferentes vertientes y con disímiles técnicas de investigación. Todos defienden la idea de que la investigación histórica necesita un método propio. Como ciencia en sí, es indispensable este procedimiento, y a su vez por sus características específicas de trabajar con el pasado, requiere otros elementos propios de este tipo de investigación.

Se evidencia que “La Historia tiene su propio método, conocido como método histórico” (Ruiz, 1976, p. 450). Sin embargo, este método ha evolucionado, mejorado y transformado, dependiendo de la investigación que se propone. En muchas ocasiones bebe de otros métodos y herramientas para fortalecer una búsqueda o el esclarecimiento de un proceso histórico. Una de las variantes más aceptadas e interesantes de analizar y aplicar es el método histórico crítico, el cual emana del método histórico, pero, apoyado en otras metodologías y pasos a seguir, busca la verdad de manera más analítica, a partir de la crítica de las fuentes y del propio historiador.

La historia no es una ciencia exacta, pero depende del método, de la crítica y del proceso analítico del historiador con las fuentes, el mayor o menor índice de subjetividad que se encuentre en un texto histórico:

Hay que insistir, por tanto, en la importancia de que los lectores de libros de historia entiendan que no tienen nunca ante sí la imagen última, la definitiva, sino apenas una contribución a la mejor comprensión de los procesos sociales. Y a veces ni siquiera eso, pues con lamentable frecuencia se encuentran versiones que de manera más o menos deliberada distorsionan la realidad (Zanetti, 2007).

Los apuntes de Zanneti (2007) no se alejan de la realidad, sin embargo, es responsabilidad del historiador o investigador de temas históricos, evitar este tipo de comprensiones erróneas o falseadas por los sesgos de las fuentes. Para Simiand (2003), el historiador no debe limitar su obra al mero hecho de contar los que pasó, debe agrupar, descomponer y construir el pasado desde una ciencia cierta, la historia. La práctica de la crítica histórica permite evitar caer en problemas metodológicos que pueden desacreditar la investigación que se lleva a cabo. Refiere Simiand (2003) que:

Hasta nuestros días, ha sido muy habitual entre los historiadores, y más frecuentemente de lo que ellos creen llamar causa de un hecho a uno o varios hechos anteriores elegidos sin regla precisa, a su juicio, a su impresión, a su olfato personal y, digámoslo, a la buena de Dios. Y esta misma ausencia de método consciente hace difícil analizar y criticar el proceso seguido (p. 174).

Este tipo de prácticas, al revisar la historiografía, se hace muy frecuente, la historia contada desde puestos concretos, sin análisis previos, descriptiva, sin tener en cuenta el provenir de la fuente y descontextualizada. Este error no lleva consigo el etiquetar a un buen o mal historiador, sino a un buen o mal método. La historia requiere de una metodología crítica, ya que no tiene el mismo nivel de comprobación que otras ciencias, se evidencia de las mismas fuentes y su triangulación. Sin embargo, hay sesgos y subjetividades que se dificultan determinar y erradicar, ahí el margen de error que también existe en otras ciencias, y en la historia aumenta o disminuye dependiendo del uso del método histórico crítico.

Hablando entonces de la verdad histórica como absoluta es imposible, pues como seres humanos nos formamos en diferentes ambientes, sean culturales o ideológicos, por lo tanto, las visiones e interpretaciones de la historia son distintas. Al ser subjetivas es fácil descalificarlas y por lo tanto es necesario enfocarse en la metodología, para que sean por lo menos verificables. Parece entonces que la llave de la investigación histórica es la metodología (Tkocz y Trujillo, 2018, p. 122).

La aseveración de Tkocz y Trujillo (2018) es comprobable por su coincidencia con autores como Aróstegui (1995) y Simiand (2003). Este último deja claro que cuando existe un uso correcto del método en las investigaciones sociales, donde juegan importante papel las costumbres, los funcionamientos institucionales, se evidencia complejidad al juzgar sin subjetividades a este tipo de procesos humanos. Poniendo como ejemplo la presente investigación, si se tomara al pie de la letra cada criterio de los entrevistados, maestros y estudiantes participantes en los movimientos sociales, se evidenciaría una heroicidad muy poco probable, teniendo en cuenta otros criterios de las fuentes escritas. O si se asume como cierto lo que cuenta El Heraldo de Chihuahua, se perdería completamente la versión de las clases oprimida en el estado, ya que este tipo de prensa representa a gobernantes y clases pudientes, y con ello a quienes salvaguardan sus intereses: los órganos represores.

En este mismo orden de ideas, los planteamientos de los investigadores cubanos Plasencia et al. (1987), brindan una nueva categoría: hechos indirectos. Se refieren a los que se extraen de las fuentes, la historia contada desde otras miradas, diferentes y cambiables. Los autores dejan establecidos los pasos fundamentales para el trabajo con las fuentes, como reunirlas y determinar la exactitud de las mismas. Uno de los elementos más importantes, según Tkocz y Trujillo (2018), es el proceso de fundamentación, demostración y verificación, pues a partir de allí se explica el método. Para la presente investigación se toman partes de cada uno de estas metodologías y estudios para conformar, desde la crítica, la reconstrucción histórica del proceso represivo a los movimientos estudiantiles y magisteriales en Chihuahua durante la década de 1960. “Así, tanto en estas transitorias direcciones como en la obra idealmente trazada, la preocupación dominante debe ser sustituir una práctica empírica razonada por un método reflexivo y verdaderamente crítico” (Simiand, 2003, p. 202). Para el proceso de análisis de la fuente se utilizará otra herramienta o método: la hermenéutica, donde la crítica estará basada en la interpretación del texto más allá de lo que meramente dice, desde el exterior e interior del mismo, su época y sus autores.

La hermenéutica para la investigación histórica

Para determinar por qué se decide el vínculo del método histórico crítico con la hermenéutica, es necesario estudiar las bases de esta última. Para ello, el siguiente apartado se mueve en dos direcciones: un acercamiento a la hermenéutica, desde sus conceptos y principales autores, y el vínculo determinado por varios estudiosos del tema entre hermenéutica e historia. Una vez fundamentados estos aspectos, ya se podrá describir el método que se utiliza en la presente investigación.

Entendida la hermenéutica como indispensable para la interpretación, tanto de textos escritos como los resultantes de la oralidad, es necesario determinar su vínculo con la historia, para que así fundamente la propuesta metodológica que sostiene la presente investigación:

Las etapas del método histórico están bastante delimitadas y reciben unas denominaciones que ya son clásicas. Se trata de la heurística, la crítica, la hermenéutica y la exposición, siguiendo la terminología más aceptada por varios autores. La heurística se ocupa de la localización y clasificación de los documentos, así como de las ciencias auxiliares de la historia. Una vez fijados los documentos concretos para una investigación hay que proceder al análisis crítico de los mismos, a fin de que les podamos otorgar la validez que realmente tengan. Normalmente se considera necesario una crítica externa, que se preocupa por determinar la autenticidad de las fuentes según sus características formales, las circunstancias en que ha llegado a ser posible su conocimiento y el modo de llegar a las manos del historiador; y una crítica interna, que atiende a la comprensión y recta interpretación del contenido de los documentos. La labor de interpretación histórica de los datos constituye la hermenéutica. Finalmente, hay que hacer la historia propiamente dicha, procediendo a las explicaciones convenientes, y exponiendo el trabajo histórico al que deseábamos llegar (Ruiz, 1976, pp. 450-451).

El autor vincula, a partir del método histórico, la heurística y la hermenéutica. Aunque ralamente es un trabajo no tan reciente, revela los pasos que se deben seguir para la reconstrucción histórica, aunque deja fuera la historia oral, que se pretende incluir en la presente investigación. Beuchot (1999) también realiza una revisión de las definiciones de la heurística y la hermenéutica y de las funciones que han cumplido a lo largo de la historia. Da por sentado que el hermeneuta, como intérprete de los textos y de las interpretaciones sobre ellos, debe alcanzar la sutileza interpretativa, la capacidad de descubrir y explicitar el significado implícito y de captar lo universal en lo particular. En este caso también el historiador es responsable de validar las fuentes e interpretarlas de manera objetiva y crítica. La mejor manera de lograr lo anterior, coincidiendo con Beuchot (1999), es mediante un método histórico, crítico y hermenéutico.

La tesis «todo es interpretación» puede recibir un sentido más habitualmente histórico: toda interpretación es hija de su tiempo. Esta visión corresponde a lo que podemos llamar historicismo. El historicismo que la hermenéutica clásica y metodológica (Dilthey) intentaba las más de las veces refrenar, pero que el relativismo posmoderno saluda a menudo como una liberación: la razón está en que nos liberaría de la concepción de la verdad como adecuación, al no ser más que una «perspectiva útil». En el régimen historicista, la verdad sigue siendo posible, pero interpretar la verdad de un fenómeno quiere decir que se le comprende a partir de su contexto. Una verdad no contextual parece excluida (Grondin, 2008, p. 163).

El historicismo y la hermenéutica no tienen por qué repelerse, siempre y cuando el historiador o investigador sepa usar uno en función del otro. Para ello, el contexto del momento histórico a estudiar, de redacción de la obra y de vida del autor son imprescindibles para lograr esa verdad contextual.

El uso de un método histórico crítico y hermenéutico traería mejores resultados a la investigación, aunque esta no queda exenta de subjetividades. “El excesivo distanciamiento puede impedir la aplicación. Además, si nos fijamos en la voluntad del autor, hay mucho que se le escapa: inconsciente, fantasía, intuición, etcétera” (Beuchot, 1999, p. 22). Teniendo en cuenta estos factores se hace imprescindible una propuesta, que no es novedosa ya que bebe de los autores antes mencionados, pero intenta unir todas las herramientas que necesita la presente investigación. Este trabajo puede ser útil para investigaciones similares, que dependan de la oralidad y las fuentes escritas para la reconstrucción de acontecimientos históricos contemporáneos.

Conclusiones

Las conclusiones del presente artículo no constituyen una imposición metodológica. Fuera de ello, es una vía que pudiese servir a historiadores e investigadores de las ciencias sociales que trabajen, desde la crítica, la historia contemporánea o del tiempo presente con la unión de fuentes orales y escritas. Siguiendo las recomendaciones metodológicas de los autores mencionados en los apartados anteriores, se pretende, a partir de cuatro fases, explicar mediante qué herramientas se lleva a cabo la presente investigación, utilizando lo que se asume en nombrar: método Histórico Crítico Hermenéutico (HCH).

Fase 1: Identificar el problema de investigación

  1. a) Selección de la idea o tema de investigación (nuevo o brecha).

    b) Validez del tema (actualidad, novedad, pertinencia, viable, importancia).

    c) Antecedentes del tema.

    d) Justificación del tema (ubicación temporal y espacial).

    e) Matriz metodológica.

Fase 2. Recopilar información:

  1. a) Búsqueda de la información.

    b) Localización de las fuentes (secundarias, primarias u orales).

    c) Validación de las fuentes.

    d) Recopilar la información (Fichaje).

Fase 3. Análisis Crítico de las fuentes a partir de la hermenéutica:

a) Análisis crítico de las fuentes (individual) .

b) Triangulación de la información.

La aplicación del método histórico crítico, en esta tercera fase, cuenta con dos momentos fundamentales, el análisis crítico de las fuentes y la triangulación de la información. En ambos momentos, la hermenéutica es indispensable para evaluar la fuente, interpretar la información que brinda y contrastar versiones a partir del enfrentamiento de las diversa bibliografía y testimonios.

El análisis de la fuente se propone iniciar de manera individual, documento a documento, a partir de la descripción y análisis de su contenido y otros elementos. Para facilitar el proceso se sugiere lo que indica la tabla 1.

Tabla 1
Propuesta para análisis crítico de la fuente a partir de la hermenéutica

Fuente: Elaboración propia.

El análisis debe comenzar desde lo intertextual, lo visible en la fuente. Primeramente su clasificación, si es fuente secundaria, primaria o la transcripción de una entrevista. Definir este elemento nos permite determinar la subjetividad a la que puede estar expuesta la información que contiene. Se debe además realizar la descripción física de fuente: si es una foto, entrevista, documento oficial; de dónde fue obtenida, si de un archivo, hemeroteca, biblioteca, etc. Estos elementos permiten entender el porqué de la información que va a brindar su contenido. También es importante dejar establecido la fecha del texto para poner en contexto la información que se va a analizar.

El segundo momento de esta fase es la triangulación de las fuentes, que se ilustra en la figura 1, a partir de los elementos claves que se utilizaron en la presente investigación.


Figura 1
Proceso de triangulación de las fuentes
Fuente: Elaboración propia.

Un hecho histórico no puede ser reconstruido por una sola versión del pasado, se necesitan varias fuentes, varias voces y varios posicionamientos para lograr acercarnos a la verdad. La historia contada por los vencedores no debe ser la meta del investigador actual. Escuchar y analizar las versiones permite entender los acontecimientos y ubicarlos en su contexto. Todo hecho histórico, todo momento en la vida tiene matices; si el historiador se deja llevar por una posición rígida de la fuente o por su propio sesgo, la investigación invalidaría lo sucedido y solo sería la reproducción de una parte de la historia, hazañas de vencedores o victimización de perdedores, sin un análisis crítico.

Fase 4. Informe escrito:

Al final del proceso investigativo, dentro del método HCH, una parte fundamental es la socialización de lo aprehendido. Esta fase depende en mayor medida del investigador, quien debe intentar ser objetivo en sus conclusiones e interpretaciones. La imparcialidad es otro elemento significativo. Como ya se ha mencionado, es parte de la riqueza de la investigación el conocimiento y la formación que trae el propio investigador, pero debe evitar que este sesgo impida los resultados de validez y la búsqueda de la verdad histórica. Existen otros elementos de estilos, como la redacción, el lenguaje científico o la correcta citación que también enriquecen ese informe escrito que debe quedar como evidencia de todo el análisis crítico realizado.

Referencias

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Aróstegui, J. (1995). La investigación histórica: teoría y método. Crítica.

Beuchot, M. (1999). Heurística y hermenéutica. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades / UNAM.

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Glockner, F. (2013). Memoria roja. Planeta mexicana.

Grondin, J. (2008). ¿Qué es la hermenéutica? Herder.

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Simiand, F. (2003). Método histórico y ciencia social (Presentación y traducción de Antonio F. Vallejos). Empiria. Revista de metodología de ciencias sociales, (6), 163-202. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/1374454.pdf

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Vega-Hernández, A. (2020). Influencia ideológica de la Revolución Cubana en los Movimientos Estudiantiles Normalistas de Chihuahua durante la década de 1960 [Tesis de Maestría]. Universidad Autónoma de Chihuahua, México.

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Notas de autor

* Es estudiante del Doctorado en Educación, Artes y Humanidades, Máster en Innovación Educativa por la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH y Licenciada en Historia por la Universidad de Cienfuegos “Carlos Rafael Rodríguez” (Cuba). Dentro de las publicaciones recientes está “Influencia ideológica. La reconstrucción de un concepto: La Revolución Cubana y movimientos estudiantiles en Chihuahua durante la década de 1960” (2019), “El Método Histórico Crítico en el estudio de movimientos sociales: La ideología cubana en el panorama social mexicano” (2020) y “Aportes de la historia oral a la investigación educativa: experiencias con entrevista a un maestro chihuahuense” (2021).
** Es Doctor en Educación, Maestro en Educación y Licenciado en Educación Primaria. Cuenta con una especialización en Competencias Docentes por la Universidad Autónoma de Madrid (España). Entre sus publicaciones recientes se encuentra el libro “La educación socialista en México, revisiones desde los estados y regiones” (coord.) (2022) y “De afectos y cariño por el magisterio. María Bricia Rodríguez de Ayala, una vida por la educación chihuahuense” (2023). Cuenta con perfil PRODEP y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, Nivel 1. Es miembro activo del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación y de la Red de Investigadores Educativos Chihuahua.


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